martes, 6 de noviembre de 2007

martes, 23 de octubre de 2007

La guitarra

La Guitarra

1) ¿De qué trata el poema? ¿Cuál es su sentido Profundo?
El poema le da características humanas a la guitarra. Su sentido profundo trata de la melodía que hace, la tristeza que siente un hombre al tocarla.

2) ¿A través de qué figuras retóricas el poeta da a conocer el sentido profundo del texto? Ejemplifique.
Personificación (es inútil callarla), polisíndeton (como llora el agua como llora el viento), exageración (es imposible callarla)

3) ¿Qué te provoca este poema? ¿Qué es lo que más te atrae de él?
Me provoca nostalgia, pena ya que el autor se siente así, emocionado por la melodía. Me atrae la guitarra, la forma en que se describe.

La Guitarra 
Federico García Lorca



Empieza el llanto
De la guitarra.
Se rompen las copas
De la madrugada
Empieza el llanto
De la guitarra
Es inútil
Callarla.
Es imposible
Callarla.
Llora monótona
Como llora el agua,
Como llora el viento
Sobre la nevada.
Es imposible
Callarla.
Llora por cosas
Lejanas.
Arena del Sur caliente
Que pide camelias blancas
Llora flecha sin blanco,
La tarde sin mañana,
Y el primer pájaro muerto
Sobre la rama.
¡OH guitarra!
Corazón malherido
Por cinco espadas.


Comentario reflexivo:

Nos gustó este poema por el significado profundo que tiene, como en la parte que dice: Corazón malherido por cinco espadas. Esto quiere explicar que las cuerdas son las cinco espadas, y el corazón el agujero que se encuentra en el centro. El autor trata de darle caracteres humanos a la guitarra.

martes, 16 de octubre de 2007

martes, 9 de octubre de 2007

Integrantes:
-Johana Sanhueza.
-Carla Salas.
-Fernanda Araya.


Amadis de gaula
Mi gran hermano Amadis, al cual respeto mucho y admiro por ser un gran aventurero, me invito a una aventura hacia las montañas "Haisenberg " tan bien conocidas por su temido y feroz volcán, pero a pesar de todo eso lo acompañe el objetivo que nos impulsaba a esta aventura era rescatar a la amada de mi hermano Oriana, el a sufrido mucho por amarla tanto, pero para el vale la pena arriesgarlo todo por su gran amor. Todo comenzó así, íbamos por un camino no conocido ni por los mejores aventureros, cuando nos encontramos con un amigo del pasado Willis. El pequeño Will como solíamos llamarlo cuando éramos niños seguía tan pecoso y colorìn como cuando nos vimos la ultima vez, en ese momento recordé cosas que creí haber olvidado, como cuando estábamos en nuestro hogar escuchando las grandes y fantásticas historias de la abuela Elvira, bueno, nos despedimos de Willis y seguimos nuestro camino hacia las montañas, no pudimos avanzar muy rápido ya que el clima con sus lluvias salvajes y su viento tormentoso nos impedían avanzar mas velozmente como hubiésemos querido, nos empezamos a acercar a aquel lugar que no quisimos mencionar en todo el viaje hasta cuando nos encontramos con Willis. Cuando llegamos a las montañas los caballos no quisieron seguir y tuvimos que seguir a pie.
Nos fue difícil encontrar a Oriana pero al fin la hayamos inconciente en la orilla del camino un tanto maltratada por el terrible clima que azota por esos tiempos la montaña. Amadis corrió velozmente hacia su amada que yacía inconciente en el suelo frió y polvoriento, observo su cara por unos instantes y la beso tiernamente en la frente eso provoco que Oriana abriera los ojos y al ver a Amadis lo abrazo fuertemente como nunca lo había hecho antes ya que se sentía segura en sus brazos, con esto finaliza nuestra aventura.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Cuento de misterio

Era una fria y sola noche, todo estaba oscuro, y mientras las horas pasaban, el frío se hacía cada vez más intenso, llegando a ser hasta, insoportable. En esta noche fría y solitaria, se encontraba Emiliano en el anden de la estación de trenes Saint Hampton. Emiliano no le importaba el frío envolbente, ya estaba acostumbrado, debido a su trabajo que siempre demandaba estar viajando, y en especial de noche. Hoy debía ir nuevamente de viaje por trabajo. Ya tenía su boleto y faltaban cuarenta y cinco minutos para que llegara el tren de la una y media.
Desde muy lejos se podía ver una luz pequeña que se hacía cada vez mas grande. Era el tren. Emiliano trató de mirar su reloj con la ayuda del único farol en la estación pensó Emiliano, él era un hombre de 35 años, alto, arogante, escrupuloso y prejuicioso. Le gustaba la limpieza, la elegancia y el orden, especialmente el orden, todo debía ser en el debido momento, en el momento establecido o acordado, y este tren estaba completamente fuera de estos conceptos. El tren paró lentamente en el anden, luego salió un hombre delgado del primer vagón que estaba como a 8 pasos de donde Emiliano estaba parado. Emiliano muy molesto, fue rápidamente donde el y le preguntó:
- “Este es el tren para la ciudad de Greyham?”
- “Si”.
- “Pero cómo es posible! Yo por suerte estoy en la estación más temprano de lo que debiera estar, éste tren tenía que llegar a la…”
- “Si quiere ir a Greyham, suba” después de interrumpir a Emiliano, subió al tren.
Inmediatamente comenzó a andar el tren, Emiliano desconcertado subió lo más rápido que pudo.
- “Pero que significa esto! Que tipo de servicio…” decía Emiliano mirando por todos lados tratando de encontrar al hombre tan mal educado.
- “Qué se ha creído! Usted no tiene idea con quien a hablado!”
Sin exito lo encontró, molesto pasó al otro vagón diciendo:
- “Este tipo que se ha creído, un simple empleaducho interrumpiendome a mi! Cuando encuentre al gerente de los trenes le demandaré que despida a aquel hombre por ser tan irrespetuoso con mi persona. Qué se habrá imaginado! Qué estaba a mi nivel? Já!”
- “No, pero a este sí lo está usted” una voz baja y aguda, como un sumbido muy molesto y penetrante por los oidos de Emiliano, que lo hizo caer al suelo de rodillas y su nuca contra sus piernas.
Mareado, sentío cosquillas por sus piernas, abrió sus ojos y gritó de espanto. Habían cucarachas saliendo por debajo de su abrigo. No podía moverse. Salían y salían cucarachas, llendo a diferentes direcciones, llenando el piso del vagón con cucarachas. Deseperado gritaba por ayuda. Luego vió al hombre alto y delgado entrar al vagón y le extendió la mano para ayudarle. Emiliano rápidamente la tomó, se paró y la escena horrible desapareció.
- “Qué le pasó señor?”preguntó el hombre.
Emilio miraba a todos los lugares, todo estaba en orden, limpio y ordenado.
- “Yo…yo…” Emilio sin poder hablar, temblando miraba al hombre alto y delgado con una mirada de espanto.
- “Qué le pasó? Por qué estaba en el suelo?”preguntaba el hombre.
- “ Yo… Gracias , muchísimas gracias señor por salvarme” tomando aire continuó “Yo no se que me pasó”
- “Venga, siéntese aquí”
- “Gracias…”
- “Le traeré un vaso con agua” el hombre Delgado se dió vuelta para dirigirse el otro vagón, cuando Emiliano le tomó el brazo, el hombre lo miró y Emilio le dijo:
- “Disculpeme por favor…por lo que dije antes, yo me molesté por la hora pero, no es su culpa, y yo lo ofendí, usted tiene un trabajo respetable como cualquier otro. Porfavor perdóneme.”
- “Señor, está bien, ya vuelvo”
Emiliano sin poder entender lo que pasó, miró hacia tras y vió que la puerta del otro lado del vagón se abría, entró una señora, vieja, con ropa desgastada. La señora miró por los asientos, todos estaban mojados, exepto el de Emiliano.
Emiliano la miró con disgusto. Ella se acerco a él y le pidió si podía sentarse al lado de el debido a que los asientos estaban todos mojados.
Emiliano le dijo:
- “ Señora, yo no estoy muy bien, mejor valla al proximo vagón”
- “Oh, bueno…” la señora caminó con dificultad hasta la puerta de salida para ir al otro vagón.
Emiliano la miraba caminar y pensó . Unos minutos después entró el hombre Delgado con el agua. Emiliano le agradeció y el hombre se fue para seguir con su trabajo.
Emiliano miraba los asientos mojados, y luego miró el de el.
- “No! Pero como!” Gritó Emiliano.
- “Está cómodo su asiento?” La voz aguda, el sumbido que rompía los tímpanos de Emiliano volvió a hablar.
El asiento estaba podrido, y con un olor insoportable. él nuevamente no se podia mover. Gritaba por ayuda. Se movía para librarse. No podia respirar, el olor era sofocante. Derrepente se libró, y corrió a la salida para el próximo vagón gritando. Al llegar al nuevo vagón, se calló. Su cara contra el piso, miró hacia delante y allí estaba la señora a quien le había negado el asiento.
- “ Qué le pasa hijo? Está bien?” le preguntó la anciana y trató de ayudarle para que se levantase.
- “Gracias señora, gracias…yo estaba sentado y…y…”
- “Ya cálmese, venga conmigo, siéntese a mi lado, conmigo va estar bien, no se preocupe, falta poco para Greyham”
- “Gracias… disculpeme por favor, yo fui muy mal educado al no haberle permitido sentarse a mi lado, viéndo que no podia caminar muy bien, disculpeme…”
- “Está bien, no se preocupe, aquí estoy mucho mejor, este vagón tiene calefacción y está mucho más agradable. Desea un pansito con queso? La anciana sacó el pan. Se notaba que estaba hecho en casa.
- “Oh, gracias pero…” Emiliano miró el pan. él nunca comía comida hecha por desconocidos, de hecho, ni siquiera acceptaba la comida ofrecida por sus familiares, solamente aceptaba la comida de restaurantes caros y elegantes. Pero ahora miró a la anciana con las manos extendidas ofreciendole el pan generosamente. “ Bueno, si, porqué no…muchas gracias señora”
Le dió una masticada, este fue el pan más delicioso que había probado. Se lo comío con muchas ganas y acepto un segundo pan.
El tren llegó a destino, Greyham. Emiliano miró su reloj y eran las 12:45. Notó que su reloj se había parado. Todo fue un mal entendido, el tren llegó a la hora exacta.
Esa fria, sola y misteriosa noche, le cambió la vida a Emiliano.

martes, 25 de septiembre de 2007

Raymond Chandler
Adiós muñeca (fragmento)
" Habían puesto a Rembrandt en el almanaque ese año, un autorretrato más bien grasoso debido a la impresión imperfecta de los colores. Lo mostraba sosteniendo una paleta engrasada con un pulgar sucio, y con una camisa que no parecía muy limpia tampoco. La otra mano tenía un pincel suspendido en el aire, como si estuviera pensando en hacer un trabajito, si alguien se lo pagaba por adelantado. El rostro se veía envejecido, flojo, lleno de disgusto por la vida y de los efectos engrosadores de la bebida. Pero tenía una dura alegría que me gustaba, y los ojos eran tan brillantes como gotas de rocío.
Philip marlowe Philip Marlowe es un detective privado ficticio, creado por Raymond Chandler. Marlowe apareció inicialmente en una historia corta, llamada Finger Man, publicada en 1934. Marlowe vive en Los Ángeles, mientras que en Finger Man habitaba en la fictia ciudad de San Angelo.Marlowe es un personaje típico de la novela norteamericana de detectives, iniciada por Dashiell Hammett y la revista Black Mask en la década de los 1920, donde los detectives privados eran observadores pesismistas y cínicos de una sociedad corrupta, aunque tanto Marlowe como otro duro detective, el Sam Spade de Hammett, persisten en su deslustrado idealismo.Marlowe es un individuo contemplativo y filosófico. Marlowe adora el ajedrez y la poesía. A pesar de no tener miedo al dolor físico, no usa la violencia para ajustar cuentas.Su moral le permite resistir el hipnotismo de las femme fatales, como Carmen Sternwood en El sueño eterno.Marlowe ha sido interpretado en la pantalla por, George Montgomery, Robert Mitchum, Elliot Gould, Danny Glover y James Caan. Marlowe posee una personalidad tan compleja y atractiva que ha aparecido en novelas de otros autoresCasos investigados :Finger Man (1934) (Short story)The Big Sleep (1939) (El sueño eterno)Farewell, My Lovely (1940) (Adiós, muñeca) The High Window (1942) (La ventana siniestra)The Lady in the Lake (1943) (La dama del lago) The Little Sister (1949) (La hermana pequeña)The Long Goodbye (1954) (El largo adiós)Playback (1958) Poodle Springs (1959) (Completada por Robert B. Parker, 1989)The Pencil, o también Marlowe Takes on the Syndicate (1961) (Relato corto)Perchance to Dream (Robert B. Parker, 1991) caso de aimar:Comencé por reunir algunos datos conocidos, los obvios. Marlowe lo hace. Sinteticé la ficha en unos pocos folios y, como suelo tener la nevera como una cueva, fui a comprar algo de comida china en el establecimiento de la esquina. Me recibió una muchacha de flequillo recto como una cortina, a la que no conocía. Los chinos siempre están cambiando de lugar. Mientras daba cuenta del cordero con salsa agria de soja en un recipiente de cartón plateado, leí que Pablo César Aimar había nacido en Riocuarto, en la provincia argentina de Córdoba, el 3 de noviembre de 1979. Su padre fue futbolista y él ha seguido esa pequeña tradición, primero en River Plate, luego en el Valencia, también con Argentina y ahora en el Zaragoza. Subrayé este mismo nombre a la izquierda de una gotita de salsa que había ahuecado el papel en fina transparencia, y le agregué una anotación en tinta roja: "¿Por qué el Zaragoza?". Seguí leyendo...
Biografía de Raymond Thornton Chandler:



El es un escritor estadounidense que tras el divorcio de sus padres fue a
Inglaterra, donde recibió una buena formación literaria. Estudió en el Dulwich College de Londres (1900-05) a clásicos y modernos. También viajó a Francia y Alemania y se nacionalizó británico en 1907. Fue soldado en Gordon Highlander de Canadá, empleado de banco, periodista, ejecutivo de una empresa de petróleos, fue despedido por acosar a las secretarias, e intentó suicidarse. Trabajó como reportero para el London Daily Express y para la Bristol Western Gazette (1908-12). Publicó 27 poemas y su primer relato The Rose Leaf Romance antes de volver a los Estados Unidos. Participó en la Primera Guerra Mundial y volvio a California, allí vivira lo que le queda de vida. Cuando murió madre en 1924, se casó con Pearl Cecily Bowen, mayor que él, y el matrimonio duró treinta años, hasta la muerte de ella en 1954, pero no tuvo hijos. En 1933, a los 45 años, se dedicó a escribir. No fue un escritor rápido, y su estilo es muy cuidado que dieron a la novela negra una seriedad literaria desconocida hasta entonces. Su primer cuento fue Blackmailers Don't Shoot, para la revista Black Mask, dedicado a los relatos de acción; entonces no abandonó el género. Intentó imitar a Dashiell Hammett, pero su estilo es diferente; Hammett es impresionista, y Chandler irónico y cínico. Creó entonces al detective privado Philip Marlowe. Entre 1933 y 1939, originó 19 narraciones.
De Hammett toma la acusación social de las ambiciones de la sociedad capitalista, donde el dinero y la búsqueda del poder son los motores verdaderos de las relaciones humanas, con sus consecuentes secuelas de crímenes, marginación e injusticia. Reflexionó sobre el arte de la novela policiaca en su ensayo El simple arte de matar (
1950). A los 51 años surge su primera novela, El sueño eterno (1939), donde Marlowe muestra la cara oculta de Los Ángeles y ayuda a evitar el infarto de un millonario al rescatar a su hija de un chantaje; se considera, que su mejor novela es El largo adiós (1953), donde Marlowe descubre que una falsa muerte esconde en realidad un cambio de identidad. En 1943 se le planteó trabajar en Hollywood ajustando el guión de Double Indemnity (Perdición), sobre la novela de James Cain, dirigida por Billy Wilder. Después de la muerte de su esposa en 1954, el escritor soportó fuertes depresiones, aumentó su manera de beber alcohol y intento suicidarse dos veces, pero no lo logro.

martes, 21 de agosto de 2007

martes, 14 de agosto de 2007

Secreta obsesión

Andrés se sobresaltó cuando escuchó sonar el teléfono, temiendo que su mujer despertara y descubriera este extraño juego nocturno en que se había involucrado, desde hacía poco más de un mes.
Levantó el auricular y efectivamente, era ella una vez más, esa lánguida y anónima jovencita que lo llamaba todos los martes, pasada la medianoche.
Su voz sensual iba adquiría distintos matices, según transcurría la conversación. A veces era dulce y cariñosa, más tarde parecía ansiosa, a ratos era apasionada, mientras le seducía contando sus íntimas fantasías amorosas que le provocaban una sofocada excitación, perturbado sólo por los ronquidos de su señora que dormía intranquila a su lado.
- ¿Todavía me deseas, mi querido Andrés?
Su nombre pronunciado por esta voz incitante, le producía un escalofrío intenso, un torrente de lava y fuego ardía en sus venas, su pulso se aceleraba hasta el paroxismo y desfalleciente respondía:
- Sí, querida, estoy poseído por una fiebre saturnal...
- Desearía tenerte aquí conmigo, para calmar tu estado febril...
- Volaría feliz hasta tu nido, si supiera quien eres...
- ¿Cómo, todavía no lo sabes? Me ves casi a diario sin reconocerme, me hablas sin advertir que soy la misma que te llama y te quiere, me destroza tu indiferencia. Si de verdad me amas, ya debías saber quien soy...
Al otro lado del auricular se produjo un breve silencio, luego escuchó unos ahogados sollozos y se cortó la comunicación.
Andrés quedó sumido en un mar de dudas, con un sinfín de preguntas que se agolpaban en su mente, buscando una respuesta
¿Quién era esta muchacha tan locamente enamorada?¿Sería efectivo que hablaba con ella durante el día y no la reconocía?
Cuando recibió la primera llamada nocturna, pensó que se trataba de una equivocación, pero cuando esa lánguida voz dijo su nombre completo y al rato, le hizo una completa declaración de amor, decidió prolongar el juego, creyendo que se trataba de una jovencita aburrida e insomne.
En las noches siguientes no se repitió esta situación, así que se olvidó por completo de ello.La semana siguiente volvió a llamar y fue en esa ocasión, cuando enganchó con ella. Se sintió muy halagado de ser su amor secreto a pesar de su edad, le divertía su ardiente imaginación y se sorprendía de lo mucho que sabía acerca de él.
A partir de ese momento, Andrés esperó con angustia sus llamadas nocturnas, sin saber cuando recibiría la próxima, quedándose en vela varias noches sucesivas. Tiempo después, ella le confesó que había reservado los martes para él.
¿Qué cosa tan especial podía encontrarle cuando ya se empinaba por sobre los 45 años? Físicamente tenía una silueta levemente parabólica, una calva incipiente y una mirada todavía arrogante, proveniente de sus ojos claros que antaño fueron motivo de orgullo.
Pasó un largo rato meditando, una vorágine de imágenes desfiló por su cabeza, intentando recordar a alguien con una voz parecida a aquélla sin éxito, y sólo pudo conciliar el sueño cuando decidió encontrar a su joven enamorada, antes de la próxima cita.
La obsesión se apoderó de Andrés en los días siguientes, escudriñando el rostro de cada muchacha joven que se cruzaba en su camino. Bastaba una leve mirada furtiva de alguna jovencita, para abordarla de inmediato con cualquier excusa.
En la oficina hizo una lista con las muchachas que allí laboraban y las entrevistó con el pretexto de llenar una vacante imaginaria que se produciría en su departamento.
En el restaurant donde almorzaba regularmente, cambiaba de mesa cada vez, para ser atendido por alguna camarera joven.
Andrés vivía sólo para este tema, postergaba cualquier actividad que lo distrajera de su manía y durante aquella semana recorrió todos los lugares donde había estado alguna vez, repitiendo su ritual inquisidor.
La paranoia aumentaba en la medida que se acercaba el día señalado.
Durante el fin de semana, organizó un asado para celebrar a su hija mayor, pidiéndole que invitara a todas sus compañeras y amigas del colegio, ocasión donde compartió algunos minutos con cada una de ellas.
Pero, todos sus esfuerzos fueron en vano, ya que ninguna de las jóvenes con que había hablado durante este período, tenía un timbre de voz parecido al que buscaba.
El martes por la mañana cuando estaba en su oficina, exhausto y desencantado, por el ningún resultado de su frenética búsqueda, recibió un llamado telefónico de su madre para invitarlo a comer esa noche. Andrés declinó la invitación por temor a que su visita se prolongara más allá de la medianoche, prometiendo que pasaría a visitarla esa tarde.
Al llegar al departamento materno tocó el timbre durante largo rato, sin que nadie le abriera y cuando estaba por irse, apareció una joven que le dijo:
- Perdón por la tardanza, señor, la señora salió un momento y me dijo que la esperara...
Andrés la miró fijamente, ella bajó tímidamente la vista y cuando quiso responderle, notó que no sabía su nombre, a pesar de haberla visto varias veces allí.
- Está bien, pasaré un rato, pero dígame, ¿cómo se llama usted...?
- Me llamo Rosario, don Andrés...
Cuando la escuchó pronunciar su nombre, sintió un escalofrío que le conmovió de pies a cabeza, ¿sería esta humilde y vergonzosa jovencita, quien lo tenía al borde de la locura?
- Rosario, me podría servir un whisky, por favor...
- Sí, señor, se lo traigo enseguida.
Al verla salir del living, pudo apreciar sus bellas formas, tenía buena facha, un pelo largo y oscuro, una tez blanca, labios gruesos y se contoneaba de una forma especial al caminar, aunque su largo delantal lo disimulaba en buena medida.
Andrés no sabía cómo preguntarle si era ella quien lo llamaba por las noches, y si fuese cierto, ¿ella se lo confesaría abiertamente?
Estaba sumido en sus cavilaciones, hojeando una revista, cuando sintió que Rosario había vuelto, dejando sobre la mesa de centro, una bandeja con la botella de whisky, una cubeta con hielo, un jarro con soda y 2 vasos vacíos.La observó de reojo mientras servía y pudo apreciar la belleza de su rostro, pero al enderezarse ella lo miraba fijamente, esbozando una leve sonrisa en sus labios, mientras llenaba lentamente los 2 vasos con licor.
Andrés estaba perplejo, no entendía el brusco cambio que había ocurrido en esta tímida muchacha que ahora le ofrecía insinuante su vaso de whisky. No alcanzó a terminar su reflexión, porque en ese instante llegó su madre que alborozada de verlo, se acercó diciendo:
- Andrés, qué agradable que hayas venido esta tarde y te agradezco que me hayas esperado con mi vaso de whisky servido.
Su madre no cesaba de hablar durante largo rato, contándole las últimas tragedias familiares, de su ineficaz tratamiento para la artritis, del alza desmedida de los gastos comunes, mientras él soportaba distraído esta explosión de verborrea, pensando una y otra vez en lo ocurrido, sin convencerse del todo de su hallazgo.
Antes de irse, se despidió de Rosario y sintió nuevamente que aquella voz le electrizaba. Esta noche confirmaría si estaba en lo cierto.
De regreso en su casa, comió con su familia, hizo una larga sobremesa y después se entretuvo revisando unos documentos. Su señora dormía cuando llegó a acostarse y se quedó viendo un documental esperando la llamada que no llegaba.
Poco rato después, el teléfono sonó largamente sin respuesta. Andrés despertó sobresaltado y escuchó a su mujer que ya había contestado:
- Está bien, mijita, saluda a la señora Eugenia de nuestra parte...
Andrés nervioso le preguntó quién llamaba y ella soñolienta respondió:
- Era la asistente de tu madre, que se equivocó de número... ¡Qué locura llamar a alguien a estas horas...!